Hoy os presentamos esta maravillosa intervención de interiorismo en una tienda de dulces en Melbourne (Australia). La compañía quería que la venta de sus productos fuese una experiencia en la que los clientes realizasen un viaje casi onírico en la que se trasladasen a su mas tierna infancia. Para lo que desarrollaron una intervención en la que todo recuerda a los muebles infantiles con los que alguna vez todos hemos disfrutado; la cocina de juguete, los cuadros que adornan las paredes,…
Ademas con la simple idea de desarrollar todo el diseño a través de trazos negros sobre fondo blanco, permite que sean los propios productos los que den color a la tienda resaltándolos casi como joyas o puntos de color. La intervención transmite la idea de que todo el mobiliario sean cajas de cartón pintadas por niños.